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Esperandole

Bueno, antes de comenzar mi relato, me gustaría ponerles un poco en antecedentes, nos conocimos en un videochat de BDSM, me conquistó desde el primer momento, pero yo que era una sumisa bastante rebelde me hice de rogar, hasta que no pude resistir más y le pedí que me educase, que me aceptase a bajo sus órdenes, quería ser suya, El fue claro, primero has de aprender a ser mía.

Me estuvo educando durante dos meses en la distancia, me decía como debía comportarme ante El, lo que le gustaba lo que no, y me advirtió que para que me aceptase como su sumisa tendría que pasar una prueba, pensé que sería alguna tontería, más tarde descubriría que me equivocaba.

Me tocó organizarlo a mi todo, siguiendo sus pasos, el día acordado me presenté en Plaza de Armas, Sevilla, estaba bastante nerviosa, mi coño estaba húmedo solo de pensar en El, de lo que me haría, había fantaseado con eso todas las noches desde hacía dos meses. Iba vestida como el me dijo, falda corta de tablas en color rojo, camiseta holgada blanca y unas cuñas de esparto, y de ropa interior un tanga y un sujetador negro que el había visto en una página web, y me regaló. Como de costumbre llegué demasiado temprano a mi cita, me senté a esperar, después de veinte minutos que para mi fueron eternos, me sonó el móvil, era El, descolgué, el corazon se me aceleró, fue conciso en lo que dijo: “No hables, solo escucha, no voy a llegar aun, quiero que vayas al bar que tienes enfrente de ti, pidas algo y tomatelo tranquila, cuando acabes entra en el baño y quita te la ropa interior, TODA, el sujetador también, vuelve a la mesa y pide algo para comer, cuando te sientes, no te cojas la falda, quiero que notes la frialdad de la silla en tu coño de puta. ¿Lo has entendido?” Un imperceptible Si Mi Amo fue lo único que pude decir, no podía parar de mirar hacia todos lados, me estaba viendo, pero donde estaba, no podía verle y eso me desquiciaba. Decidí que lo mejor sería cumplir sus ordenes, así acabaríamos antes.

Entré en el bar, pedí una cerveza, me la tomé y fui al baño, no tenía problemas en quitarme el tanga, pero el sujetador, mis pezones estaban duros, se me marcaban debajo de la camiseta, todos se darían cuenta, vacilé, pensé en no obedecer, pero me dije a mi misma que esto era lo que de verdad quería así que tenía que joderme. Metí la ropa interior en el bolso y salí. Volví a sentarme, notaba mi coño mojado, pensé que la silla acabaría mojada, pero no me importó, pedí un filete con patatas, lo comí corriendo, y un poco antes de acabar volvió a sonarme el móvil. No me dio tiempo a responder

-¿Dónde has metido tu ropa perra?

-En mi bolso mi Amo

-Bien, cuando acabes de comer, deja la ropa encima de la mesa, levantate y sal, no te preocupes por pagar, ya lo hice yo por ti. Cuando salgas, dirígete a la derecha y la segunda calle es un callejón sin salida, entra y espera ahí. ¿Lo has entendido perra?

-Sí Mi Amo

Colgó, no me dio tiempo de nada más, acabé de comerme el filete, ya sin hambre, estaba tan nerviosa, tenía que dejar mi ropa interior encima de la mesa, donde todos la verían, es cierto que me moría de verguenza solo de pensarlo, pero mi coño y mis pezones opinaban de manera distinta, mi coño cada vez estaba más mojado y mis pezones más duros. Cuando me puse de pie, mis piernas temblaban, pensé que no me sujetarían. Respiré hondo, puse el tanga y el sujetado encima de la mesa, echo una bola, para que pasase lo más desapercibido posible. Me dirigi a la puerta, y antes de salir, me crucé con el camarero, sus labios expresaron algo, que yo entendí como hasta ahora perra, no podía creerlo, pensé que solo había sido mi imaginación, que estaba equivocada. Salí del bar y me dirigí al callejón.

Allí estuve esperando rato bastante grande, notaba como mis muslos estaban mojados, el flujo resbalaba por ellos, de pronto alguien se acercó por mi espalda, me tapó la boca e impidió que me moviese. Acercó su boca a mi oído, me dijo que le mandaba Mi Amo, yo no sabía que decir, me había quedado paralizada, me puso de cara a la pared, me dio unos cachetes y esto me hizo reaccionar. Continuó dandome unos azotes, hasta que yo le dije que parase. Conocía bien a Mi Amo, El no haría esto, no así, algo no me cuadra, y de pronto lo vi todo mucho más claro…

Bueno, me gusta dejaros con la intriga, espero que sea de vuestro agrado el relato, espero vuestros comentarios, y pronto os pondré la segunda parte, para que sepais si al final acabé con El o no…

Besitos y parpadeos muchos

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